| “Más oscuridad en nosotros y la vida mas atacada”, por el Card. Angelo Bagnasco, en el Editorial del periódioco italiano “Avvenire”, del 7 de febrero de 2009, sobre el “caso Eluana”, una joven italiana en estado de coma permanente a la que está retirando progresivamente la alimentación, en aplicación de una sentencia del Tribunal Supremo Italiano acerca de su final. Coincide esta lamentable noticia con un Año de Oración por la Vida que ha aprobado la Conferencia Episcopal Española en las semanas anteriores. Este es un ejemplo más de las muchas vidas que son continuamente atacadas en multitud de formas, y por las que nosotros elevamos una sentida oración en la cercanía del Día de los Enfermos. Oramos por Eluana a la Virgen de Lourdes. Eluana ha comenzado el camino forzado hacia la muerte porque inicuamente está siendo privada de alientos y agua. Si no aparecen nuevos hechos este será su injusto destino. Si bien muchos reconocen que está en estado vegetativo permanente, esta joven mujer no está conectada a ninguna máquina y respira libremente. Por lo tanto no hay que “desconectar ningún enchufe”, como se intenta hacer creer. Para vivir necesita alimentarse, como todos, aunque en su caso debe ser ayudada porque no puede hacerlo sola. Pero existe otra máquina destinada a acorralar a nuestra sociedad. Y no sólo a los creyentes o a las personas que comparten la misma sensibilidad cultural. Hay una pregunta que no puede ser censurada: ¿Cómo es posible hacer morir a una persona en nombre de una sentencia? ¿Cómo se puede tolerar en la mentalidad común, que una pretensión se convierta en una necesidad, es decir, en el derecho a morir, en lugar de sostener y garantizar incluso en las situaciones extremas, el derecho a la vida? Ante esta situación hay que hablar de eutanasia, que es una falsa solución al drama del sufrimiento, una solución indigna del hombre, como ha recordado recientemente Benedicto XVI, quien afirmó que “la verdadera respuesta no puede ser la de hacer morir aunque sea por medio de la “dulce muerte”, sino dar testimonio del amor, que ayuda a afrontar el dolor y la agonía de manera humana”. | |